RSS

Un vistazo

Capítulo: ORÍGENES

Enemigo        

La sentencia inapelable, el destierro. Decisión unánime del Consejo Supremo, integrado por: los directores de escuelas, el sindicato nacional de maestros, la asociación de fashion malls, los operadores de telefonía celular, la coalición de papelerías, tienditas y cafeterías escolares, las televisoras y la unión de fabricantes de uniformes. El “Plan de Estudios de la materia de Finanzas Personales para Educación Básica, Media y Superior”, fue arrumbado en el sótano – húmedo y pestilente – del Ministerio de Economía.

Capítulo: VÍCTIMAS

Cuesta de enero    

– ¿Quién se llevó mi aguinaldo?

Capítulo: GANDALLAS

Escarmiento         

 1er. acto. La seducción

Desnudas, con sus cuerpos pintados de rojo, las atractivas duendecillas caían de los árboles, brotaban por las alcantarillas, se aparecían en los baños públicos, saltaban desde los auriculares de los teléfonos domésticos… El Gran Duende las había enviado a entregar – a toda persona que aceptara firmar una hoja en blanco – tarjetas mágicas de plástico.

 2º. acto. La felicidad

Los poseedores de las tarjetas, tomaron de anaqueles y aparadores todo lo que quisieron, con tan sólo mostrar su plástico.

3er. acto. La persecución

Vestidos con capas negras, los demonios caen de los árboles, brotan por las alcantarillas, se aparecen en los baños públicos, saltan desde los auriculares de los teléfonos domésticos… El Gran Duende los ha enviado a secuestrar la sonrisa, el sueño y la paz, a todas aquellas personas que se atrevieron a usar la magia, sin ser magos.

Capítulo: CARTERAS, CERDITOS Y OBJETOS VARIOS

Liquidez 

Por varios años, la cartera escupió tiempo aire, vomitó gasolina, sudó electricidad, lloró gas doméstico y orinó agua potable, hasta que un día, murió por deshidratación.

Capítulo: ANHELOS

Paréntesis

Ese jueves  – como todos los jueves por la mañana – las amigas se instalaron en el centro de la sala de bingo del casino. Afuera, quedaron el despertador, las loncheras de los niños, el beso conyugal sin deseo, las prisas, la rutina…

El juego, que prometía el gran premio millonario de la semana, comenzó.  El ansia de triunfo les impedía localizar, con la exigida rapidez, los números cantados. De pronto, desde el fondo de la sala se oyó la voz de un hombre que gritó: ¡Bingo! Entonces, con el ensueño casi muerto, las amigas se refugiaron en la sección de máquinas tragamonedas y bebieron margaritas.

A las dos de la tarde. Se despidieron y se entregaron al tráfico, al calor, a los insultos… Cada quien se fue a recoger sus escuincles a la escuela, a descongelar comida, a  escuchar a un marido gruñendo y a odiar las margaritas que, a esas alturas, ya se habían transformado en jaqueca.

Capítulo: COSAS QUE PASAN

Mutación

Hoy, me declaraste tu enemigo.

Ayer, te molestó mi insistencia.

Anteayer, al vencimiento, me dijiste luego…

Muy al principio, antes de prestarte mi dinero, éramos buenos amigos.

Capítulo: COSAS DE MUJERES Y ASUNTOS DE HOMBRES

Motores de la economía       

Marisa quisiera tener el cabello como el de Sandra.

Sandra desea una camioneta como la de Irma.

A Irma le encantaría ser esbelta, como Adriana.

Adriana envidia el bronceado de Raquel.

Raquel sería feliz con la colección de bolsos de Ana.

Ana se emperifolla para conseguir marido, como lo hizo Gaby.

Gaby acude a psicoterapia, anhela estar soltera, como Marisa.

Desquite

Al hombre no le importó haber desembolsado cincuenta y cinco mil dólares para adquirirlo. Tomó su navaja de muelle y le rasgó la piel. Luego, con un martillo lo golpeó hasta deformarlo. En algún momento, eso que ahora maltrataba había representado la esperanza para curar su timidez con las mujeres. Ahora sentía rabia y odio, y es que ya habían transcurrido seis meses y el hombre aún sufría de poquedad y tartamudeo frente a las damas.

Después de la tortura, el hombre abandonó a su víctima por cuatro días a campo abierto. Luego, regresó. Del tanque le extrajo unos litros de gasolina, lo roció con ella y le prendió fuego.

Capítulo: MALA SUERTE

Inexperto      

Ese día, el hombre – decidido a invertir – rasgó el colchón y tomó todo su dinero, lo metió en dos bolsas de lona y se fue al mercado de valores.

Apenas entró, los mercaderes le acosaron, “… patrón, patroncito, pásele pa’cá, le damos muy buenas tazas de setes y vondes…”, “… seño, yo lo hago millonario – ¡así de rápido! – tengo apciones de los mercados emerjentes…”, “… no se deje engañar amigo, yo le garantiso su imbersión, se lo juro por mi madresita…”, “… somos los projecionales caballero, aquí le armamos su aset aloqueishion…” 

El hombre, asustado, caminó a empujones entre la multitud y salió presuroso del lugar, apretando contra el pecho las bolsas de lona. Cuando llegó a casa, se dio cuenta de que estaban vacías.

Capítulo: EN PAREJA

Conveniencia

Habían pasado cuatro años de su boda con el Príncipe, cuando a Cenicienta le engruesó el pie. Este hecho provocó en el soberano un estado de profunda decepción, que luego se tradujo en tristeza y afectó su capacidad para bien gobernar.

Su primer ministro le sugirió que calzara las zapatillas de cristal a otras doncellas del reino, consejo que  el monarca practicó con entusiasmo casi a diario. Cenicienta lo descubrió, pero callaba, temía su ira. Deseaba huir pero no soportaba la idea de una vida fuera de palacio, sin las telas de seda, sin los sirvientes, sin las viandas exquisitas…, además pensaba, “yo sólo sé fregar pisos y remendar ropa.”

Capítulo: RETOÑOS

Accesorios

Por la noche, el adolescente llegó a casa y se encerró en su habitación. Se desconectó los audífonos y los colocó, junto con su “iP”, su reloj “QZy el teléfono inteligente, sobre el buró. Su playera tipo polo, la que tiene bordado un  cocodrilo, atravesó volando la recámara y casi llegó al cesto para ropa sucia. Cansados, los “V” de lona y hule aterrizaron a medio cuarto. Luego, los jeans “D” cayeron junto a la cama. El muchacho se dirigió a la regadera y, al despojarse de sus bóxers “PB”, desapareció.

Capítulo: DESCUBRIMIENTOS

El secreto

En su lecho de muerte, el gran gurú de la mercadotecnia le dijo – en voz baja – a su heredero:“La gente feliz, no es rentable.”

 

Los comentarios están cerrados.